dame de beber.
Salúdame.
Soy como soy. Tengo buenos sentimientos
y guardé para luego,
para cuando no haya
que decir
palabra alguna. No quiero cubrirte
con agua purificada
por
los santos
rezos de los pecadores,
ellos no mienten,
ellos no mienten.
A menos de doce lunas
mueren los caracoles. Los caracoles
y las hormigas.
A menos de un segundo
nos convertimos en comida
para ratas.
Pensemos en esto: la rata que secuestra
el sueño ajeno no puede
salir corriendo
fácilmente.
Entonces hablo del peso, entonces hablo
de la rata y de su
imposibilidad
de ser, entonces hablo de nosotros
y de nuestra
incapacidad de estar.
Estar aquí y ahora.
Entonces,
quizá, busco descifrar el
absurdo sonido de las nubes
que nunca tienen
nada qué decir más que su
interminable forma.
Me encanta
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