16 julio 2015
Sorbo a sorbo.
En la mesa los platos,
los cubiertos y pensar que tuvimos que hacerlo,
dejar los juegos
a la orilla de los lunares,
dejarlo todo, muy seguros de haber
dejado mucho más que el regocijo
y pensar que si pudieras contemplar con
qué fuerza se autoestiman
los días,
los días, con qué fuerza.
Sorbo a sorbo. Es domingo.
En la mesa los platos,
los cubiertos, la comida y la mejor parte de
nosotros,
la que tuvimos que dejar de pie,
y pensar que no era tarde para nadie,
era falso,
mamá siempre apresuro las horas,
por lo que su corrección
fue casi autodestrucción segura,
en la mesa los platos,
los cubiertos, la comida,
es domingo,
yo.
13 julio 2015
Nada
https://www.youtube.com/watch?v=iQTWbS2SlVY
Y si yo,
sujeto en cuestión,
medito sobre el silencio
puedo decir que tal,
aunque quisiera,
no tiene
forma.
Que tal
se pierde entre la niebla,
le sonríe a los desconocidos,
se anida entre mis manos,
para morir,
se desvanece.
Y si yo, sujeto en cuestión,
le hablo a las paredes,
y ellas me responden con el eco
de mi aullido,
significa que he pasado días
sin oír el ruido,
que mi alrededor ha muerto,
y ha muerto todo lo que
mi voz menuda se atrevía
a pronunciar.
si me encuentro en las mañanas y
te digo:
- vaya-
- duerma -
- descanse.
Si miro la luz,
me la respiro,
la bendigo,
entonces yo
la dejo ir.
Entonces yo
dejo de aprisionarla
como si fuera mía
y me quedo junto a la estufa
a ver el fuego,
tomo calor,
me visto en tu ausencia,
grabo el relieve del fantasma
que me acompaña,
empeño esta aurora
que se mueve y se esconde
y creo, porque me gusta creer
que en algún lugar de la vida,
la vida misma,
se esconde y me espera.
Si vuelan los aviones
a las puntas del mundo
donde no puedo ir,
y se conocen entre ellas, las bocas,
renaciendo siempre,
las bocas que no se dicen,
se hacen entre sí
a 10.000 metros de altura
sobre todo lo que no
pueden tocar mis ojos
y besar mis manos
y respirar mis labios,
para dejar de ser yo.
Si entonces
te veo,
y no puedes entender
una sola palabra
de todo lo que digo
entonces,
es que no estoy
diciendo
nada.
Para R.C.
Y si yo,
sujeto en cuestión,
medito sobre el silencio
puedo decir que tal,
aunque quisiera,
no tiene
forma.
Que tal
se pierde entre la niebla,
le sonríe a los desconocidos,
se anida entre mis manos,
para morir,
se desvanece.
Y si yo, sujeto en cuestión,
le hablo a las paredes,
y ellas me responden con el eco
de mi aullido,
significa que he pasado días
sin oír el ruido,
que mi alrededor ha muerto,
y ha muerto todo lo que
mi voz menuda se atrevía
a pronunciar.
si me encuentro en las mañanas y
te digo:
- vaya-
- duerma -
- descanse.
Si miro la luz,
me la respiro,
la bendigo,
entonces yo
la dejo ir.
Entonces yo
dejo de aprisionarla
como si fuera mía
y me quedo junto a la estufa
a ver el fuego,
tomo calor,
me visto en tu ausencia,
grabo el relieve del fantasma
que me acompaña,
empeño esta aurora
que se mueve y se esconde
y creo, porque me gusta creer
que en algún lugar de la vida,
la vida misma,
se esconde y me espera.
Si vuelan los aviones
a las puntas del mundo
donde no puedo ir,
y se conocen entre ellas, las bocas,
renaciendo siempre,
las bocas que no se dicen,
se hacen entre sí
a 10.000 metros de altura
sobre todo lo que no
pueden tocar mis ojos
y besar mis manos
y respirar mis labios,
para dejar de ser yo.
Si entonces
te veo,
y no puedes entender
una sola palabra
de todo lo que digo
entonces,
es que no estoy
diciendo
nada.
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